Esta Real Parroquia, de estilo gótico mudéjar, tiene el nombre de Santa Ana por decisión del rey Alfonso X el Sabio, para agradecer a la madre de Nuestra Señora la Virgen María su intercesión en un milagro que alivió la enfermedad que padecía en los ojos. A partir de entonces fue la parroquia del barrio. Desde la reconquista de la ciudad sólo había una pequeña iglesia en el castillo de San Jorge.

El castillo estaba situado a orillas del río Guadalquivir junto al puente de barcas, única vía que comunicaba entonces la ciudad de Sevilla con la Vega y el Aljarafe, de donde procedía gran parte de los alimentos.

El puente de barcas fue construido en 1171 por el califa almohade Abu Yacub Yusuf ben Abd el Mumen. El castillo servía de guarda y control de las entradas en la ciudad desde el occidente. El aislamiento de nuestro barrio hizo que tuviera una identidad diferenciada de la ciudad de Sevilla, que aún permanece aunque mucho menos acentuada (cruzar el puente todavía es ir a Sevilla o venir de Sevilla).

El número de cristianos que poblaron Triana después de la reconquista hizo necesaria la construcción de una parroquia más amplia que la pequeña iglesia que había en el castillo. El templo comenzó a construirse en 1266 por maestros canteros castellanos, que acompañaban a las tropas cristianas para construir y reparar castillos y otros edificios militares y civiles, y también por alarifes musulmanes, expertos en la utilización del ladrillo, que era el material constructivo básico durante la época almohade.

Nuestro templo fue el primero levantado de nueva planta en Sevilla después de ser reconquistada en 1248. Fernando III convirtió en iglesias todas las mezquitas de la ciudad, entre ellas la gran mezquita aljama que pasó a ser catedral y de la que se conservan su alminar (la giralda), el patio de los naranjos muy modificado y algunos restos de pilares, pero no levantó ninguna iglesia nueva.

Aunque desde su fundación esta Real Parroquia tuvo una vida muy activa, su gran auge se produce tras el descubrimiento de América. Por Real Cédula de 14 de Enero de 1503 la reina Isabel ordena que se funde en nuestra ciudad la Casa y Audiencia de la Contratación, institución que regularía todo lo relacionado con las Indias. A partir de entonces Sevilla se convierte en el centro económico del imperio español al ser origen y destino obligados de las expediciones que partían y retornaban, al principio de Nueva España y Tierra Firme y después de todo el Nuevo Mundo. Nobles, soldados, mercaderes, marinos y ricos hombres del barrio construyeron capillas en el contorno original del templo, fundaron capellanías y dejaron sus huellas junto a las de grandes escultores, pintores, arquitectos, orfebres y ceramistas que ejecutaron las magníficas obras que hoy podemos admirar formando parte del edificio o de su patrimonio artístico.

El terremoto del 1 de Noviembre de 1755 produjo grandes daños en la ciudad, en Triana y en nuestro templo. Pedro de Silva, Maestro Mayor de obras del Arzobispado, reconstruyó las partes dañadas y le dio al templo un aspecto barroco que aún permanece en su exterior. En el interior se hizo una nueva intervención entre 1970 y 1975 bajo la dirección del arquitecto Rafael Manzano, por entonces Director-Conservador de los Reales Alcázares, para hacer aflorar el ladrillo y la piedra, recuperando así su primitivo aspecto medieval.

Hasta el siglo XIX nuestra parroquia fue destino de la estación de penitencia de las hermandades del barrio que procesionaban en Semana Santa, mientras las de la otra orilla del río se dirigían a la catedral. En 1830 la hermandad de Nuestra Señora de la O fue la primera en cruzar el puente de barcas para hacer estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral, en años sucesivos lo haría el resto de las hermandades trianeras.

En 1852 se terminó de construir el puente de Isabel II, conocido popularmente como Puente de Triana, cuyos autores fueron los ingenieros franceses Steinacher y Bernadet, que lo diseñaron a imagen del antiguo puente Carrousel sobre el Sena, en París. A partir de entonces se intensificó la comunicación entre Triana y Sevilla.

Las fiestas más destacadas en esta parroquia son el Corpus Christi (Corpus Chico), que se celebra con procesión desde el siglo XVI, la novena a Señora Santa Ana del 18 al 26 de Julio, festividad de la Santa, los triduos, quinarios, novenas y salidas procesionales y en peregrinación de las hermandades de Penitencia y Gloria de nuestro barrio.

En nuestra parroquia hay diferentes grupos organizados de feligreses que colaboran en las actividades parroquiales y en la ayuda a los colectivos necesitados del barrio.

La historia, arquitectura y obras de arte de esta Real Parroquia, monumento de interés cultural desde 1931, son suficientes para considerarla paso obligado de cuantas personas visiten la ciudad de Sevilla y también para que los vecinos conozcamos y nos recreemos en el magnífico legado cultural que muchas personas, durante más de siete siglos, han ido depositando entre la calle Larga y la Plazuela.

 

 

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